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21 de junio de 2017

Cinco Dias

Reyal Urbis cae en la mayor liquidación tras Martinsa, con 4.600 millones de deuda

Los acreedores rechazan el convenio, que contemplaba quitas del 90%

Desaparece 11 años después de adquirir el negocio inmobiliario de Urbis a Banesto

Se acerca la muerte anunciada de Reyal Urbis. La inmobiliaria no ha logrado que la mayoría de sus acreedores acepten la propuesta de convenio presentada por la empresa presidida por Rafael Santamaría, que recogía fuertes quitas de entre el 80% y el 90% de una deuda que alcanza los 4.600 millones de euros. Se trata de la segunda mayor liquidación de la historia, tras la de la promotora Martinsa-Fadesa, que cayó con alrededor de 7.000 millones de deuda.

La propuesta de convenio presentada por la empresa no ha recibido el respaldo suficiente, ya que en el caso de la deuda ordinaria solo ha obtenido votos favorables del 32,7% del capital acreedor, otro 37,79% ha votado en contra y el 29% restante se ha abstenido, según informaron a Europa Press fuentes jurídicas. En el caso del préstamo sindicado tampoco ha alcanzado el 75% necesario.

El administrador concursal, que recae en la auditora BDO, tiene la obligación de comunicar el resultado de la votación al juzgado número 6 de lo Mercantil de Madrid, donde el juez dictará sentencia con la propuesta de liquidación, con un agujero patrimonial de 3.436 millones.
La liquidación de Reyal Urbis se daba como segura debido al rechazo de los grandes acreedores, como Sareb, y de fondos oportunistas que habían adquirido parte del pasivo en las últimas semanas, tal como adelantó Cinco Días a finales de mayo.
La empresa tenía un pasivo de más de 3.200 millones correspondiente a un préstamos sindicado, donde Sareb tenía un peso crucial, con más de 1.000 millones procedentes de créditos de antiguas cajas. A esa cifra, se sumaba casi 900 millones de deuda ordinaria y más de 400 millones con Hacienda. De hecho, la inmobiliaria es el mayor deudor en la lista de morosos publicada por la Agencia Tributaria.
La promotora muere apenas una década después de fusionarse, cuando se convirtió en una de las grandes inmobiliarias del país junto a Martinsa-Fadesa, Colonial o Astroc. Su presidente Rafael Santamaría, arquitecto técnico de profesión, ha desarrollado toda su carrera en la empresa familiar. Se convirtió en consejero delegado en 1985 y sucedió a su padre en 1997 como presidente. En 2006 protagonizó uno de los grandes movimientos del sector, tras adquirir Urbis a Banesto por 3.300 millones.
Pero la alegría duró poco. El pinchazo de la burbuja del ladrillo la arrastró, igualmente que a Martinsa, Habitat o Nozar. La compañía se acogió en febrero de 2013 voluntariamente a concurso de acreedores ante el rechazo a refinanciar su deuda por parte de entidades como Sareb, BBVA y Santander.
El último intento de Santamaría de salvar la empresa llegó con una agresiva propuesta de liquidación. Ese plan contemplaba quitas del 90% para los créditos ordinarios. En el caso del préstamo sindicado, la oferta pasaba por la dación en pago de activos, lo que supondría la aceptación de quitas de alrededor del 80%. A su vez, Hacienda negociaba un plan de pagos unilateral para el agujero de 400 millones.
Ese agresivo plan no ha seducido a los acreedores, que han visto que de esa forma se esfumaba sus opciones de recuperar su capital, prefiriendo la opción de liquidación de unos activos valorados actualmente en casi 1.200 millones.

Las cifras de la caída

Reyal entró en parálisis hace cuatro años, en los que no ha levantado vivienda nueva alguna, tras caer en concurso. A cierre de 2016, presentó pérdidas de 155 millones de euros.
 La inmobiliaria de la familia Santamaría, adquirió Urbis a Banesto por 3.300 millones en 2006. Se convertía en uno de los gigantes en Bolsa del ladrillo, justo antes de la crisis inmobiliaria.
A cierre de 2016, la empresa tuvo una cifra de negocio de 46 millones de euros, de los que 25 millones corresponden a Rafael Hoteles. Dispone además de un banco de suelo de 6,2 millones de metros cuadrados.

 

El Pais

Reyal Urbis irá a liquidación con más de 4.500 millones de deuda

Tras cuatro años en concurso, los acreedores han rechazado la propuesta planteada por la inmobiliaria

La promotora inmobiliaria Reyal Urbis no ha superado el concurso de acreedores y será finalmente liquidada. La compañía ha estado cuatro años en concurso de acreedores y sus deudores, entre los que figuran Hacienda y la Sareb, han rechazado la propuesta que les planteó para afrontar este pasivo. La comunicación judicial oficial todavía no ha sido realizada.
La propuesta de convenio planteada por la inmobiliaria a sus acreedores registró la adhesión de tan solo el 32,70% de los mismos y necesitaba el 75%. Un 37,79% ha votado en contra y el 29% restante se ha abstenido, según informaron a Europa Press fuentes jurídicas. Los acreedores tenían hasta el 31 de mayo para suscribir el plan.

La compañía controlada y presidida por Rafael Santamaría protagonizará la segunda mayor liquidación de una gran inmobiliaria tras la de Martinsa Fadesa. Según sus cuentas del primer trimestre, acumula una deuda con entidades de casi 2.820 millones, a lo que se suman más de 850 millones con la Sareb (el banco malo, que heredó los activos tóxicos de las cajas) y cerca de 400 millones con Hacienda. En total, el pasivo es de 4.660 millones.
Reyal tenía paralizada la actividad de promoción y venta de viviendas desde que cayó en concurso en febrero de 2013. El plan que la inmobiliaria planteó pasaba por pactar con Hacienda un plan de pago unilateral, distinto al del resto de acreedores. A las entidades financieras, la empresa les planteó una quita y pagarles la deuda con dación de activos inmobiliarios.

Sin actividad de promoción y venta de viviendas

Reyal tenía paralizada la actividad de promoción y venta de viviendas desde que cayó en concurso de acreedores en febrero de 2013, después de que los bancos rechazaran la que hubiera sido la cuarta refinanciación de su deuda.
La compañía fue una de las grandes del sector que quebró durante la crisis junto con Habitat, Nozar y la mencionada Martinsa Fadesa. Además del negocio residencial, la compañía gestiona un conjunto de hoteles y una cartera de edificios en alquiler que suman 123.000 metros cuadrados.
La compañía afronta ahora su liquidación algo más de una década después de que en julio de 2006 también protagonizara una de las grandes operaciones corporativas registradas durante el boom del sector y apenas un año antes de que pinchara la burbuja inmobiliaria que se formó los ejercicios previos a la crisis.
En esa fecha, Reyal, firma controlada por Rafael Santamaría, acordó la compra de Urbis a Banesto, su entonces accionista de control. La operación se materializó mediante el lanzamiento de una OPA por esta compañía valorada en 3.317 millones de euros, un importe similar a la deuda con la actualmente irá a liquidación.

 

20 de junio de 2017

Cinco Dias

Isolux, a un paso de la dimisión del consejo y del concurso

La dirección negocia ‘in extremis’ con un posible inversor español

La entrada en situación concursal se ve casi inevitable el próximo 4 de julio

Los nubarrones que acechan a Isolux amenazan tormenta en los próximos días. La dirección del séptimo grupo español de infraestructuras ha trasladado ya a la plantilla el mensaje que ha tratado de evitar durante los últimos meses: la entrada en concurso el próximo 4 de julio es poco menos que inevitable. Ante esta situación, el consejo de administración que encabeza Nemesio Fernández Cuesta se plantea dimitir en pleno.

La compañía se acogió a finales de marzo al artículo 5 bis de la Ley Concursal o preconcurso, situación en la que se evita que cualquier acreedor inste el concurso y en la que consejo y dirección mantienen el mando. Y los bancos acreedores, a su vez accionistas, acordaron inyectar 15 millones para atender el pago de las nóminas, dietas y liquidaciones de gastos. Esta última prórroga para mantener a flote al grupo entre abril y el citado 4 de julio buscaba dar margen para negociar la entrada de un inversor en Isolux EPC, que agrupa los contratos considerados viables.
Fuentes solventes aseguran que una firma española “a medio camino entre el perfil industrial y el financiero” ha mostrado interés y está estudiando los activos de Isolux. El plan de viabilidad, presentado el 26 de mayo, solo tiene futuro con la aparición de un nuevo accionista que tome la mayoría. Su entrada se produciría con la aportación de unos 200 millones, la asunción de deuda y de los avales necesarios para mantener activas las obras en marcha.
El grupo lleva el 4 de julio a su junta de accionistas cambios en los estatutos para abrir las puertas a un socio mayoritario
La lectura es que los bancos no están dispuestos a mayores aportaciones, máxime tras la salida del Santander por sorpresa colocando su parte del 9,9% en el capital y la deuda a Goldman Sachs.
A la vista de que la entrada en concurso es prácticamente ineludible, Fernández-Cuesta estaría tratando de atar un preacuerdo con el supuesto inversor para que, posteriormente, fuera el administrador concursal quien amarrara su desembarco en el capital, evitándose un nuevo y duro plan de saneamiento.
Isolux tiene fijada su junta de accionistas para el mismo día 4 de julio, con el cambio en los estatutos de la sociedad y del consejo para flexibilizarlos y adaptarlos a un hipotético nuevo accionariado. A día de hoy, en el órgano de decisión se sientan dos consejeros ejecutivos y siete independientes.
De existir el referido preacuerdo con un socio que viniera acompañado de financiación para relanzar Isolux, la empresa intentaría captar un crédito puente de sus dos principales accionistas y acreedores, CaixaBank y Bankia, mientras se cierran los habituales flecos de una operación de cambio de control.

Cerca de la disolución

El auditor de las cuentas de Isolux, PwC, alarma en su informe sobre el ejercicio 2016 de un fondo de maniobra negativo en el grupo de 677 millones, unas pérdidas de 1.365 millones en el ejercicio y un patrimonio neto consolidado negativo de 802 millones. La sociedad dominante (Grupo Isolux Corsan S. A.), por su parte, tiene un patrimonio neto negativo de 396 millones, lo que supone que esta última “se encuentra inmersa en causa de disolución”. Así lo dicta el artículo 363 de la Ley de Sociedades de Capital, al estar el patrimonio neto por debajo del 50% del capital social.
Los actuales gestores confían, eso sí, en que el plan de viabilidad evitará el colapso total y la disolución de la empresa, independientemente de que se llegue, o no, al concurso de acreedores.
La masa concursal se elevaría a unos 3.000 millones de euros, incluida la deuda con proveedores. De esa cifra, 1.400 millones responden a créditos convertibles en capital.

Seis hitos en la crisis

- 13 de julio de 2016. Arranca la refinanciación, con negociaciones entre Isolux y sus mayores a creedores. La mayoría de bancos y bonistas se suman al acuerdo.
- 28 de julio de 2016. Isolux pide la homologación judicial del acuerdo de refinanciación y presenta un primer plan de viabilidad al tiempo que cambia el consejo de administración.
- 20 de octubre de 2016. El juzgado de lo mercantil número 2 de Madrid emite el auto de homologación.
- Marzo de 2017. Ante la constatación de que la primera inyección de capital de los acreedores se quedó corta, Isolux demanda otros 210 millones. Santander de desvincula por sorpresa. Finalmente, el resto de bancos acepta cubrir los gastos de Isolux hasta el 4 de julio.
- 31 de marzo de 2017. La empresa se acoge al artículo 5 bis de la Ley Concursal.
u 26 de mayo. El consejo aprueba un nuevo plan de viabilidad, firmado por Álvarez & Marsal, por el que se divide en tres el grupo.

12 de junio de 2017

Faro de Vigo

Rebote de los concursos de acreedores en mayo, que aumentan un 14%

Los concursos de acreedores crecieron un 14% en mayo, hasta los 440, la cifra más elevada del año, por lo que se acumulan 1.988 concursos en lo que va de año, un 1% más, según el estudio sobre concursos y disoluciones realizado por Informa D&B.